Endemias, epidemias y pandemias: del mundo médico al escenario digital.

Endemias, epidemias y pandemias: del mundo médico al escenario digital.




Por Jeimy Cano, Ph.D, CFE
Director Revista SISTEMAS at Asociación Colombiana de Ingenieros de Sistemas - ACIS 

 


Introducción

El aumento de los flujos de información personal y corporativa como resultado de un acelerado aumento de densidad digital, establece un nuevo reto para la sociedad y cada uno de sus participantes. En este contexto, la información deja de ser algo que se consume para diferentes propósitos cotidianos, y se convierte en un activo estratégico y táctico para crear entornos o situaciones que pueden beneficiar intereses personales o colectivos (Buchanan, 2020).

Las personas cada día buscan informarse sobre lo que ocurre, tener un panorama lo más transparente y confiable posible, para moverse y tomar decisiones. No obstante, la marea digital de información donde existe toda clase de datos ciertos, falsos, malintencionados o malinformados, establecen un escenario donde se hace necesario tener una reflexión crítica y documentada con el fin de advertir posibles sesgos o ciberoperaciones que buscan alterar o movilizar tendencias, o posicionar intereses desde los engaños y acciones adversas, utilizando diferentes estrategias y actividades ocultas en medio de campañas masivas de información en lo cotidiano (Buchanan, 2020).


En este sentido, se plantea una reflexión básica sobre una lectura de las endemias, epidemias y pandemias tradicionales en el sector salud, ahora leídas desde la realidad digital donde las condiciones y efectos pueden ser tan o peor de nocivos que los ya conocidos en el contexto de salud pública.

Endemias, epidemias y pandemias: Una lectura desde el contexto digital

De acuerdo con una reciente nota del portal de noticias Milenio (2020), existen diferencias concretas, en el entorno de la salud, para diferenciar entre endemias, epidemias y pandemias.

La etimología de la palabra endemia viene del prefijo “en” que significa “en, o dentro” y “dem” que hace relación a una población. En términos, concretos “se refieren a los brotes de enfermedades que afectan con frecuencia a la población de un país o una región específica y que se mantienen dentro de un territorio determinado” (Milenio, 2020). En este sentido, es posible crear y desarrollar “endemias digitales” con el fin de desestabilizar una región, aprovechando muchas veces la credibilidad ingenua de los medios digitales, la propagación masiva del mensaje y el uso de fuentes confiables que pueden ser fácilmente manejadas sin que se percaten de ello.

La palabra epidemia según su etimología nos habla del sufijo “epi” que significa “sobre” y “dem” que refiere a una población. De acuerdo con las definiciones médicas una epidemia es un contagio masivo de un agente patógeno en gran parte de una comunidad, que se propaga por algún tiempo sin salir de un territorio específico. En consecuencia, una “epidemia digital” es un ejercicio de modificación masiva de imaginarios de las personas de sectores de una nación o de todo el país, para lograr concentrar y manejar intereses nacionales o privados que permitan movilizar esfuerzos que cambien el curso de las decisiones de dicha zona. Una epidemia digital es un ejercicio de operaciones de información e inteligencia que busca instalar redes de operación ocultas dedicadas a la subversión, desinformación y sabotaje que socava los cimientos de los estados o regiones (Jimenez, 2019).

Las pandemias desde la etimología de la palabra vienen del prefijo “pan” que significa totalidad y “dem” que habla sobre la población. En pocas palabras una pandemia de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud son “las nuevas enfermedades que se propagan mundialmente o entre dos o más países; es decir, (…) cuando un virus desconocido o una nueva cepa de los virus conocidos se extiende en varios países del mundo debido a la falta de defensas contra él” (Milenio, 2020).

En este sentido, podemos advertir una nueva amenaza emergente que podemos denominar “pandemias digitales” las cuales buscan viralizar y posicionar mensajes o tendencias con propósitos o intereses particulares a nivel global, para lograr concretar objetivos y misiones específicas que buscan cambiar las percepciones del entorno y así, alcanzar y materializar temáticas que modifican la realidad de forma natural sin ser detectadas.


Una pandemia digital, a diferencia de las pandemias médicas, no se anuncia ni genera alertas en los medios de comunicación, sólo opera desde las tendencias cotidianas y se mezcla con los mensajes comunes para evitar ser detectada y cumplir con su capacidad de transformación de la realidad y crear movimiento globales a favor o en contra de intereses particulares o específicos.

¿Cómo enfrentar estas nuevas “demias” digitales?

Si seguimos los protocolos propios de los médicos (OMS, 2005), se deben tener en cuenta tres momentos frente a este tipo de enfermedades: prevención, contención y mitigación. En cada uno ellos se establecen actividades y acciones concretas que permiten tratar la situación teniendo claro, que no es posible en sí misma la erradicación total del agente patógeno, toda vez que este puede tener acciones resistentes a los medicamentos, mutar de forma estructural o entrar en estado de hibernación que limita las acciones de los médicos para descubrir sus nuevos patrones de movimiento.


La prevención es el momento de tomar las medidas de saneamiento básicas en las personas y la comunidad. Informar de forma clara y confiable sobre los protocolos que se deben seguir y cómo mantener contacto con los centros de salud, para alimentar y correlacionar las estadísticas epidemiológicas disponibles. Este ejercicio requiere un trabajo coordinado entre las instituciones de salud, la vigilancia epidemiológica y la comunidad en general para evitar que la desinformación cree escenarios de pánico o acciones contrarias que lleven a una propagación del agente agresor de forma inesperada y caótica.

En el contexto digital, la prevención implica mantener un monitoreo de tendencias y actividades de los diferentes medios de información, correlacionar e identificar patrones emergentes sobre tensiones, contradicciones y rarezas, para establecer una vigilancia epidemiológica digital, que permita revelar con anticipación brotes de acciones hostiles que buscan socavar las bases de la estabilidad de los estados o alterar el curso de acciones democráticas sin razones aparentes.

La contención se activa una vez se ha comprobado la presencia de la enfermedad. En este sentido, se identifican, canalizan y aíslan aquellas personas que ya se ha comprobado están contagiadas, para efectos de iniciar su tratamiento y estudiar en detalle la evolución del agente patógeno y sus consecuencia. Este ejercicio, requiere un trabajo especializado y dedicado en centros especializados con el fin de avanzar rápidamente en buscar una vacuna o estrategia de defensa que permita aumentar la resistencia de la comunidad frente a la amenaza que implica el agente agresor.

En lectura digital, la contención debe ser un ejercicio de identificar y revelar patrones de tendencias para que agentes especializados, exploren en detalle y profundidad los posibles sesgos de información, usos de algoritmos o técnicas adversas o campañas de desinformación que se pueden estar gestando a partir de la dinámica de tensiones y situaciones en sitios específicos de un país o del mundo. La contención no implica restringir o limitar la expresión, sino encontrar sus orígenes y entender con claridad sus intereses.

La mitigación es la fase donde se cuenta con el tratamiento de la enfermedad y se procede con la inmunización de la población con el fin de crear las defensas inmunológicas en el cuerpo que crean la barrera de protección contra el virus. Esta fase, puede tomar tiempo y esfuerzo de muchos equipos de trabajo dado que la puesta en operación y distribución del tratamiento tiene que surtir protocolos médicos y validaciones científicas que pueden tomar meses o años. Por tanto, la mitigación es una fase que no es de resultados inmediatos y requiere toda la voluntad política, capacidad financiera y conocimiento científico para que la brecha de acción sea la menor posible.

La mitigación en el escenario digital es crear las defensas y estrategias de control de las “demias”, para lo cual es necesario mantener informada a las personas desde las fuentes oficiales con transparencia y claridad, recibir y analizar la información que se provee de los diferentes actores involucrados en las tendencias para su correlación y análisis, así como la voluntad política y acción decidida de las empresas y gobiernos para aumentar la confianza de sus acciones sobre las lecturas de propias de los individuos afectados en la sociedad por las condiciones o tendencias adversas identificadas.

Reflexiones finales

Cualquiera sea el fenómeno local, nacional o internacional que se presente alrededor de las “demias” digitales, es necesario desarrollar juicio crítico y acción reflexiva sobre la confiabilidad de las fuentes, las tendencias y los efectos de las mismas en las personas. Toda “infodemia”, como la denominó recientemente la OMS, que buscar crear información falsa para desestabilizar y desinformar, es una acción que tiene intereses particulares que buscan generar pánico y efectos adversos sobre situaciones específicas que pueden afectar a un colectivo.

En este sentido, dada la capacidad subrepticia de las “demias” digitales, se hace necesario crear centros de vigilancia epidemiológica digitales, de tal forma que se puedan advertir distintos brotes de acciones adversas sobre regiones, que sin socavar la opinión o acción social, motiven comprender y avanzar en la formulación de estrategias de acción que permitan asistir a las localidades o países, sobre la esencia misma de la problemática identificada o revelar las actividades de terceros no autorizados que se aprovechan de los contextos sociales o situaciones emergentes para posicionar sus agendas específicas.

Así las cosas, las pandemias digitales, como fenómeno emergente de las dinámicas y flujos de información en una sociedad digital y tecnológicamente modificada, establecen nuevos referentes de actividades y construcción colectiva, que debe organizar y configurar ecosistemas digitales de defensa y anticipación para disuadir a los agentes agresores sobre sus acciones adversas, pues sabrán que para lograr sus propósitos deberán sortear múltiples vigilancias epidemiológicas digitales y pasar por debajo del radar de las tendencias y monitorización de patrones emergentes.

Referencias

Buchanan, B. (2020) The hacker and the state. Cyber attacks and the new normal of geopolitics. Cambridge, MA. USA: Harvard University Press.

Jimenez, F. (2019) Manual de inteligencia y contrainteligencia. Tercera Edición. Sevilla, España: CISDE Editorial.

Milenio (2020) Qué es una pandemia y cuál es la diferencia con una epidemia. Recuperado de: https://www.milenio.com/ciencia-y-salud/pandemia-y-epidemia-que-son-y-cual-es-la-diferencia

OMS (2005) Lista de verificación de la OMS del plan de preparación para una pandemia de influenza. Departamento de Vigilancia y Respuesta de Enfermedades Transmisibles. Recuperado de: https://www.who.int/csr/resources/publications/influenza/WHO_CDS_CSR_GIP_2005_4SP.pdf