El Colegio de Notarios del Distrito Federal México. Su historia y compromiso al Servicio Social.

El Colegio de Notarios del Distrito Federal es el Colegio de Notarios más antiguo de América, surgió por la Real Cédula de Aranjuez, que expidiera el Rey Juan Carlos IV de España, el 19 de junio de 1792.

Desde entonces y hasta la fecha, ha funcionado de manera ininterrumpida. Durante esos más de 200 años de vida gremial, el Notariado del Distrito Federal ha convivido con los habitantes de esta Ciudad y ha evolucionado junto con ella, dando testimonio de los principales cambios sociales, políticos y económicos que de alguna manera han transformado nuestra idiosincrasia.

Por Ley, el Colegio de Notarios del Distrito Federal se integra con todos y cada uno de los notarios de esta Capital, pues la colegiación es obligatoria, es decir, por el solo hecho de triunfar en el correspondiente examen de oposición y obtener del Gobierno del Distrito Federal la patente respectiva que autoriza a ejercer funciones en esta Ciudad, se pertenece al Colegio.

Los notarios del Distrito Federal están regidos por los principios de legalidad y de imparcialidad, independientemente de que sean autoridades o particulares los que soliciten y reciban sus servicios profesionales.

El Notariado del Distrito Federal realiza de manera constante diversas actividades sociales, dentro de los que destaca, el Servicio de Consultoría Jurídica Gratuita, éste es uno de los servicios sociales que brinda el Colegio de Notarios del Distrito Federal desde hace ya casi un cuarto de siglo, mismo que ha tenido una gran aceptación por el público en general y se presta en las instalaciones del Colegio de Notarios por parte de los propios notarios y de abogados con patente de aspirante al ejercicio del Notariado, los martes, miercoles y jueves de cada semana, atendiéndose a todos los solicitantes que asisten en esos días. En dichas sesiones de consultoría jurídica gratuita los interesados en recibir la asesoría de los notarios, plantean a éstos diversa clase de problemas, dentro de los que resaltan, los relacionados con sucesiones, transmisión de la propiedad de inmuebles y los relativos a la disolución y liquidación de la sociedad conyugal, entre otros.

Para recibir este servicio, los interesados acuden a las instalaciones del Colegio de Notarios, donde se les proporciona una "ficha" que señala el orden en que serán atendidos y que es el mismo en el que solicitaron la asesoría, es decir, según se fueron presentando.

Es de señalarse que en fechas recientes se desahoga un promedio de 35 consultas en cada ocasión. Otro servicio que el Notariado brinda a la comunidad, consiste en un Sistema de Guardias Notariales durante las mañanas, de manera que de lunes a viernes, de las 9:00 a las 13:00 horas, 2 notarios acuden a las instalaciones del Colegio para atender las solicitudes de carácter urgente que formulan los particulares y que implican actuaciones fuera de las notarías.

En este sistema, son atendidas aquéllas personas que requieren los servicios de un notario, bien sea para el otorgamiento de algún testamento en el domicilio del testador o en algún hospital, o bien, para dar fe de ciertos hechos, o para realizar alguna notificación o requerimiento o cualquier otra diligencia que haga necesaria la intervención notarial.

El Colegio de Notarios del Distrito Federal, también tiene en operación un Sistema de Radiolocalizadores que se proporcionan a 4 notarios por semana, incluyendo días inhábiles, a fin de atender diligencias fuera de las oficinas que sean requeridas por el Gobierno del Distrito Federal y que ameriten la intervención de los notarios de esta Capital.

El Notariado del Distrito Federal, también participa en diversas radiodifusoras, con las que se ha realizado una intensa labor, cooperando personalmente un importante número de notarios con el propósito de difundir las ventajas de la intervención notarial y los programas sociales actualmente vigentes.

El Notariado del Distrito Federal, ha intervenido con gran profesionalismo en los diversos procesos electorales que se han realizado y en los que por Ley toca a esta Institución colaborar, para lo cual, el Colegio de Notarios del Distrito Federal ha establecido mecanismos de participación que permiten la contribución eficiente de todos los notarios de esta capital en esos procesos electorales, así como en los programas en que los Institutos electorales federal y local requieren de los servicios de los notarios de la entidad.

Por último, cabe mencionar que la participación del gremio notarial en la titulación de la propiedad inmueble ha sido sobresaliente, pues el Colegio ha promovido la simplificación administrativa en la mayor medida posible, sin que ello, vaya en demérito de la seguridad jurídica, celebrando convenios con los diversos organismos de vivienda y colaborando en la expedición y publicación de Acuerdos de Facilidades Administrativas y Otorgamiento de Subsidios Fiscales por parte del Gobierno del Distrito Federal, que permiten escrituras con un mínimo de requisitos y a costos verdaderamente simbólicos.

Los catastróficos sismos ocurridos en septiembre de 1985, provocaron la creación y funcionamiento de diversos organismos que se dieron a la tarea, junto con los Gobiernos Federal y Local y con el gremio notarial, de edificar, remodelar, regularizar y titular una enorme cantidad de viviendas para las clases sociales más necesitadas. Es de reconocerse que el déficit en materia de vivienda sigue siendo muy alto, no solo en nuestra Ciudad sino en todo el país, sin embargo, los logros han sido importantes. Como corolario de los esfuerzos realizados, durante el sexenio inmediatamente anterior al que ahora vivimos, se titularon en nuestra capital al rededor de 250,000 viviendas, que equivalía a un número igual o poco mayor al número de viviendas con que entonces contaban juntas las ciudades de Querétaro y Toluca.

El Colegio de Notarios del Distrito Federal, ha participado en los programas de vivienda, a través de los notarios de esta Capital, cobrando cuotas muy inferiores a las establecidas en el arancel correspondiente.

La confianza que la sociedad y el Estado depositan en el notario de tipo latino, al que pertenece el Notariado del Distrito Federal y el de México en general, está soportada, por un lado, en la incorruptible actuación del notario, que siempre se maneja dentro de los cánones éticos tradicionales y de los principios inmutables de la moral y la buena fe, que ha venido observando al paso de los siglos, y por otra parte, en su preparación y eficacia profesional, ya que un notario apto, competente y eficaz, es garantía de seguridad jurídica que logra la paz entre las partes, entre los contratantes y en la sociedad, porque al prevenir conflictos, al evitar controversias, el notario se convierte en el Magistrado de la Paz.

Existen razones para que el Notariado del Distrito Federal se haya destacado siempre como un gremio prestigioso y de confianza, mismas que atienden al respeto a las instituciones y a sus autoridades, a que es un gremio basado en su sólida preparación y en el cumplimiento detallado del servicio que debe brindar a la sociedad, a que es una institución que cuenta con una vigilancia gremial efectiva, a través de su órgano rector, el Consejo de Notarios, y desde luego, a la capacitación intensa y permanente con que el Notariado debe contar, así como al que generalmente se le ha dotado de un marco jurídico adecuado, que permite la prestación de los servicios notariales de manera oportuna y eficiente y sobre todo con seguridad jurídica.

La crisis de valores que a nivel mundial padecemos, ha provocado desconfianza en las Instituciones, pero no obstante ello, el Notariado ha permanecido, por ser un gremio sumamente respetuoso de las instituciones y de las autoridades, ocupado siempre de la actualización de sus miembros y de la preparación adecuada de quienes aspiran a ser notarios, un gremio convencido de que es responsabilidad de los notarios lograr con su conducta, trabajo oportuno y eficiente, el conservar y ampliar tal confianza, pues la profesión de notario es una profesión de tradición y porvenir.